Por el sur del concejo - ayto-candamo
Por el sur del concejo
Para conocer el sur del municipio efectuaremos una ruta cuyo inicio lo realizaremos en la capital del concejo, tomando la carretera AS-237 en dirección a Grau.
Una vez en el puente de Sandiche, antes de cruzarlo, proseguiremos por la AS-235 hasta el pueblo de Murias.
Ubicado en un amplio meandro del río Nalón, donde éste recibe las aguas del Dele, aparece Murias, escalonado en la colina que cierra el valle; en él destaca la espadaña de la iglesia parroquial de Santa María, de la que se tienen noticias ya en 1.073, fecha en que fue donada a la catedral de Uviéu. Nada queda del antiguo edificio, probablemente románico o prerrománico, siendo la construcción actual -de ábside cuadrado y nave única, con arcos y ventanas de medio punto- de finales del siglo XVIII o principios del XIX.
Lugar en el tuvieron importancia los molinos harineros, aún posee tres de ellos, dos en la llamada Casa de Los Molinos y otro en Casa de César.
Desde Murias, tres kilómetros en ascenso nos separan de Güíles, por una carretera que bordea el estrecho y angosto valle del río Dele. Tanto en la subida, como desde el caserío de Las Cárquivas y en el propio Güíles, las panorámicas son de gran belleza. Completan la visita a este poco conocido pueblo, inmemoriales hórreos y algún antiguo horno.
Nuevamente en Murias, seguiremos la AS-235 camino de Augüera, accediendo al pueblo por la entrada que hay al lado de la parada de autobuses.
Desde Augüera una pronunciada subida nos lleva, por Figaréuy El Caleyu, a Villar; en éste podremos contemplar una de las mejores panorámicas del concejo. Un pequeño promontorio, situado frente al pueblo de Villar, es conocido como la Pica de Castru; nombre que alude a la antigua ubicación en dicho lugar de un castro.
De regreso a Augüera, tomaremos, entre El Caleyu y Figaréu, la desviación a la izquierda, dejando la parroquia de Murias y entrando en la de Cueru.
Tuvo en Cueru su palacio la ilustre familia de los Flórez Valdez, oriundos del concejo de Somiedu. Sin el esplendor de antaño, en sus piedras se aprecia el inexorable paso del tiempo, así como las sucesivas reformas que sufrió. Conocido en el pueblo como Casa de Don Fernando se encuentra en un precioso rincón al lado de una muy antigua panera.
El palacio, de dos plantas, posee una forma rectangular, prolongada por la derecha en una pared que cierra la amplia finca colindante. Lo más interesante del conjunto -sin duda- es la hermosa capilla del lateral izquierdo, construida con muy bien trabajados sillares y presentado una bella portada, con frontón partido y escudo de la familia en el tímpano; aparece rematada por una espadaña, pudiendo fecharse entre los siglos XVII y XVIII, dentro del estilo barroco.
Tiene también su interés la iglesia parroquial de San Nicolás de Bari, construida en 1.884 y ubicada en un espacio de singular encanto, en el pequeño cementerio y la semicircular bancada de piedra, desde la que se abre a nuestros ojos la Veiga de Grau, con su villa al fondo.
Continuando por la AS-235 llegamos a La Ponte de Peñaflor, pueblo situado en los aledaños del puente del mismo nombre. De las últimas casas de Puente de Peñaflor, una muy estrecha carretera nos lleva, por el pueblo del El Campillín, hasta el área recreativa de La Degollada, a través de la Sierra del Pedrousu.
A partir de La Ponte de Peñaflor, dos posibilidades para continuar nuestra ruta: regresar, por la AS-235, al puente de Sandiche o cruzar el puente u dirigirnos, por la N-634, a Grau, para desde allí, pòr la As- 237, entrar en Candamu por Villamarín.
En ambos casos llegaremos a Sandiche, pequeño lugar de la parroquia de Murias situado en la margen izquierda del río Nalón. En Sandiche dejaremos la AS-237 para tomar la carretera local CD-2, dirección a Aces, considerado éste como uno de los pueblos de Asturias que más hórreos alberga, de gran antigüedad la mayoría y con numerosos grabados en las puertas.
Alude Priento Bances al buen número de tejedores que antiguamente había en Aces, cuya iglesia parroquial de Santiago perteneció a la reina Velasquita, quien en 1.006 la donó al obispo Ponce de Uviéu. La actual construcción es del siglo XIX, aunque reconstruida después de la Guerra Civil.
Continúa la carretera hacia Ferreras, junto al Puente de San Román. Allí conecta con la AS-38 que nos llevará a San Tisu.
Hay en San Tisu dos nobles casonas que pertenecieron a notables familias de la comarca. La primera de ellas, conocida como Casa de los Cuervo, se observa desde la intersección de las carreteras AS-38 y As-39. Edificio rectangular rodeado por varios hórreos, palomar y una pequeña capilla.
La segunda de las nobles casas, de los Casares, se encuentra en la carretera AS-38 que lleva a Outeiru. Muy bien conservada, tiene dos pisos con balcones de hierro forjado y blasón en la fachada. Sus propietarios han puesto en marcha una original iniciativa turística: el paintball o juego de la guerra, práctica recreativa en la que los participantes realizan un simulacro de la batalla al aire libre, disparando con inocuas balas de pintura.
En el interior del pueblo se encuentra la iglesia parroquial dedicada a San Tisu. Es del siglo XVIII, levantándose en el lugar que ocupó un antiguo monasterio románico.
También pertenecen a la parroquia de San Tisu, Villa y Outeiru. A Villa, se llega por una desviación desde la AS-39, y a Outeiru por la AS-38, accediendo allí a la AS-312 para subir a La Mortera, en cuyo término hay censado un castro: El Castiellu.
Tiene La Mortera una pequeña iglesia que sustituyó a la derruida ermita dedicada a San Marcos; allí , rodeada de árboles que él mismo plantó, está la casa de uno de los personajes más populares de Candamo, José Velázquez, conocido como Conde de La Trapa. Su vida parece arrancada de una novela de aventuras: vivió en diversos países de América, emprendiendo multitud de negocios en los que alcanzó fortuna, parte de la cual dedicó a repoblar -con diversas especies arbóreas- más de seiscientas hectárea de monte, que hoy aparecen como modelo a quien visita estos lugares.
Desde las últimas casas del pueblo comienza la bajada a Praúa: deténgase para contemplar la hermosa y espectacular vista que, desde el alto, se le ofrece del conceyu.
Praúa, punto final de nuestra ruta, nos sorprende con la belleza de su pequeña iglesia de San Andrés, con ábside cuadrado y nave única, precedida de un vestíbulo cerrado; la espadaña presenta tres arcos -uno abajo y dos arriba- lo que le confiere un original aspecto. En esta parroquia está ubicado el tercer castro del concejo.